miércoles, 26 de noviembre de 2008

Recuerdos, instantes de la vida...




Momentos,...



Tendemos a pensar la vida y separarla en días, en meses, en años, en etapas. Así, tenemos treinta y tantos o cuarenta y muchos, estamos en la adolescencia, en la mediana edad, en la vejez. Nos quedan veinte años para jubilarnos, tres para pagar el coche, hace siete que acabamos de estudiar, hace tres desde que nos separamos... Y sin embargo, ¿Cuánto de este tiempo, cuantas de estas etapas han significado algo de verdad en nuestra vida? ¿Cuántos días han sido algo más que levantarnos, cumplir nuestras obligaciones, atender nuestros vicios o devociones, comer, dormir, ver la tele, asearnos, hablar por no callar?...


No hablo de los momentos que nos cambiaron, que significaron algo, aunque en ese momento no lo supiéramos y que después nos damos cuenta de que han dado forma a nuestra vida, no, hablo algo aún más simple, de aquellos momentos en los que, de verdad, hemos sabido que estábamos vivos al vivirlos, de aquellos (buenos o malos) que forman el mapa de nuestra vida, como mojones que colocaríamos en la memoria para no perdernos, para demostrarnos a nosotros mismos (no al mundo ni a nadie más) que un día ocupamos nuestro lugar en el mundo.

Te propongo algo. Piensa en esos recuerdos, pequeños o grandes que te vienen a la memoria cuando piensas en ti mismo. Porque si, sin forzar nada. No te pido una situación especial, una relación concreta. Sólo que sin pensarlo apenas, dejes venir a tu cabeza esas situaciones, da igual la importancia que tengan, que te vienen a la cabeza cuando piensas en ti mismo. Esos recuerdos, esos instantes y segundos que no es que volverías a vivir, es que revives cada vez que piensas en ellos.

Mi primera clase en el parvulario, con las paredes azules, y dibujos de Blancanieves. El rumor del viento entre las hojas de los árboles, una hamaca entre dos troncos y la sensación de pereza y de tener todo el tiempo por venir. El primer beso de verdad, no el primero de todos, sino el primero que da sentido a todo lo demás. Las mariposas del estomago “aquella vez”.


El primer cheque ganado con mi trabajo, a mi nombre. Su cara al verme salir del coche, vestido todo mono y su susurro “dios, que guapo eres”. Un cielo de noche cuajado de estrellas. El frío del agua del mar. Entender de golpe que “para siempre” no siempre es verdad. Unas risas entre amigos/as. Un abrazo en una estación, después de meses de esperarlo. Una película, y unas lágrimas.


Esta música, mi musica,la que me llena, la que siento, la que veis en este blog, las letras , los entimientos que te transmiten...que importante es, si hasta este espacio está inspirado en ina gran letra de una canción, aunque es mas que eso.

Un libro. La nieve en mis manos y en las pequeñitas patitas de mi perro. La sensación abrumadora de no poder vivir sin alguien, de necesitarlo más que la vida, de no poder soportar que no me toque.


La lujuria.Y con esto, me doy cuenta que no he vivido veintiseis años, ni veinticinco, ni cuarenta. Que he vivido plenamente no más de unos momentos, que son el resumen de mi vida. Que sólo lo vivido plenamente importa, que lo demás no es más que el relleno. Que las etapas no sirven, que los años no sirven, que no son experiencia, que no son nada. Que sólo lo que vivimos de verdad nos marca, y que son esos pequeños momentos lo que dan sentido a todo lo demás. Que solo siendo conscientes de lo que vivimos, apurándolo, haremos digno de que ese minuto, ese y no otro cuente en nuestra vida.


Por eso, a partir de ahora "Haz que cuente...", ya sabeís mi pelicula preferida, jajaj...


¿Y cuales son los momentos de tu vida?

2 comentarios:

Miño dijo...

MOMENTOS

De noche nos pasábamos las horas
hablando de mil cosas por hacer
y a veces en pequeñas discusiones
llegaba a amanecer.

Y siempre amanecia con un beso y tú,
después me preparabas un café
y yo me despedía cada día
soñando con volver.

Parábamos el tiempo día a día
quería descubrirte cada vez
prendido de tu vida
y tú prendida de la mía
el mundo parecía a nuestros pies.

Ya ves que todo pasa,
quién diría
ya ves que poco queda del ayer
apenas los recuerdos
momentos que no vuelven otra vez.

Te acuerdas de las veces que dijimos,
que nada nos podría separar
el viento que escuchaba tus palabras
cantaba tu cantar.

Y yo me cobijaba por tu cuerpo,
y tu echabas los sentidos a volar
perdidos en la noche y el silencio
soñábamos soñar.

La vida se hace siempre de momentos,
de cosas que no sueles valorar
y luego cuando pierdes
cuando al fin te has dado cuenta
el tiempo no
te deja regresar.

Ya ves que todo pasa,
quién diría
ya ves que poco queda por contar
apenas los recuerdos
momentos que no vuelven nunca más.


Andrea Bocelli.

mithras dijo...

Sabes que ese post es copiado no? Ainss pero te ha quedado genial;)